1. Conocer los riesgos como base para una decisión informada
Todos sabemos que tomar decisiones comporta una cantidad de riesgos, esto es algo que es mejor prevenir que lamentar. Esto es más cierto en la vida cotidiana, cuando se trata de decisiones financieras y de trabajo. En estos casos, el Conocimiento es la clave para una decisión bien informada.
Saber la situación y los riesgos involucrados antes de apostar a una decisión es esencial y se puede lograr de varias maneras. Una de ellas es documentarse y conocer a fondo todos los tópicos involucrados, los pros y los contras. Esto puede tomar tiempo, pero a largo plazo se pueden evitar errores lamentables. Así, tener una idea de los alcances de la decisión que se tome, es una ventaja sin igual.
Otra forma de conocer los riesgos involucrados y tener una decisión informada es investigar y consultar con los expertos del área en la que se desea tomar dicha decisión. Cuenta con tus propios recursos personales, como investigaciones anteriores que hayas hecho, redes de contactos profesionales, información relevante y actualizada de la situación. Estas son herramientas preciosas para conocer los riesgos antes de tomar una decisión y hacerlo con información que sea óptima y verdaderamente válida.
Las principales maneras de conocer los riesgos involucrados en una decisión antes de tomarla son:
- Documentarse a fondo de los tópicos involucrados
- Investigar los recursos disponibles
- Consultar a expertos e investigadores profesionales del área
- Utilizar tus propios recursos personales, como investigaciones anteriores
- Mantenerse informado acerca de la última información relevante
Estas pequeñas tareas te ayudarán a tomar una decisión bien informada y que te pueda llegar a beneficiar a ti y a tu vida.
2. Las consecuencias de no evaluación de los riesgos
Cuando se ignora la evaluación de los riesgos, se corre riesgo de desastres cada vez mayores. Estas consecuencias se traducen en:
- Perdida de ingresos: Una situación indebida puede afectar la capacidad de los negocios para generar ingresos. Incluso si una empresa no sufre una pérdida monetaria directa, sí puede incurrir en una investigación minuciosa y una auditoría cuidadosa, lo que también podría resultar en una pérdida económica.
- Daños a la reputación: Si una empresa no se toma en serio los riesgos, en particular los relacionados con la seguridad o el cumplimiento, esto puede llevar a la pérdida de la confianza de la parte de los consumidores, clientes o parte ajena. Esto también puede repercutir en la capacidad de la empresa para conseguir nuevos clientes y socios.
- Daños a la propiedad: Los costos de instalaciones, equipos y otros bienes pueden calcularse si se evalúa cuidadosamente los riesgos asociados con ellos, y los daños que se pueden producir si sucede un incidente. Omissión trae la posibilidad de grandes pérdidas.
Además, una empresa puede enfrentar multas, demandas legales y otros cargos en caso de fallar en identificar y manejar riesgos potenciales. Algunas empresas pueden perder la licencia comercial si no se cumplen estos requisitos. La confianza en la industria disminuye cuando las empresas asumen el riesgo de no evaluar adecuadamente sus posibles amenazas.
3. Qué evaluar para una mejor toma de decisiones
La toma de decisiones correctas depende de la calidad de evaluación que se realice previamente. Esta evaluación necesita de información confiable y actualizada. Para facilitarnos la labor de selección, aquí le brindamos algunos parámetros a tener en cuenta:
- Contexto: Es importante analizar el escenario en el que se está tomando la decisión. En que momento de la empresa se encuentra, qué pasos lo precedieron, etc.
- Datos estadísticos: La información cuantitativa nos ayuda a evaluar el éxito de una hipótesis, así como a comparar entre alternativas.
- Factores internos: Se trata de los recursos con los que cuenta la empresa que influyen en la toma de la decisión. Por ejemplo, el capital disponible, dotación de equipos, etc.
- Impacto en el ámbito externo: La toma de la decisión está influenciada por el mercado, el entorno, etc. Estos deben tomarse en cuenta para trazar una conclusión adecuada.
- Efectividad y tiempo: Los resultados de la decisión deberán ser eficaces y alcanzar los objetivos fijados, así como obtenerse en el menor tiempo posible.
De esta manera nuestras decisiones se verán reforzadas por fundamentos estudiados y confiables. Esto nos hará ahorrar tiempo y, si se nos diera el caso, recursos para lograr nuestros objetivos.
4. Resaltar los riesgos y los beneficios
Cuando se evalúa un proyecto, es importante analizar los riesgos que pudieran implicar su realización, así como los beneficios potenciales a su alcance. Estudiar cada uno de estos aspectos permite planificar una estrategia que evite los primeros y su nulo impacto en el entorno, mientras se maximizan los segundos.
Los riesgos pueden materializarse en términos de costes, tiempos, recursos humanos o cualquier otra medida que se tenga en cuenta para la implicación. Pueden ser internos, como fallos operacionales, recursos insuficientes, o externos, como cambios legislativos, eventos catastróficos, etc. Por ello, es vital identificarlos cuanto antes para poder prepararse.
- Medir los posibles daños: se deben valorar los efectos del riesgo, desde el económico hasta el social, para tomar las medidas adecuadas.
- Asegurar la cobertura: se deben tener en cuenta los índices de seguro nacional y/o internacional para estar preparados frente a posibles inconveniencias.
- Repensar los recursos: si se consideran insuficientes, es posible reestructurar los existentes para cerrar posibles lagunas que hagan más vulnerable la ejecución del proyecto.
Por su parte, los beneficios también son fundamentales para determinar la cuantía y la alcance final del proyecto. Estos pueden ser tanto generales para la sociedad, como inmateriales, como los relacionados con el prestigio de la empresa que lo lleve a cabo. Para optimizar el resultado tendremos que factorear los siguientes puntos:
- Crecimiento económico: las inversiones del proyecto afectarán al territorio donde se lleven a cabo, produciendo un incremento de la actividad económica que genera empleo, riqueza y bienestar social.
- Productividad: las mejoras en las instalaciones y la fabricación pueden incrementar la rentabilidad y disminuir los costes, permitiendo a la empresa crecer y expandir su presencia en el mercado.
- Fortalecimiento de la marca: el éxito del proyecto ayudará a las empresas a solidez su marca y a construir una relación de confianza con sus clientes.
5. Identificar los riesgos clave
Todas las organizaciones enfrentan riesgos. Algunos son inevitables, mientras que otros pueden ser suavizados con el tiempo. El objetivo de es determinar qué peligros pueden poner en peligro su negocio y luego tomar acciones preventivas para reducir el riesgo de deuda y perder dinero. Si la identificación de los riesgos clave se realiza de manera adecuada, la organización está mejor preparada para hacer frente a estos riesgos y manejarlos con la mayor eficiencia.
El primer paso para identificar los principales riesgos de una organización es comprender los diferentes escenarios que pueden afectarla. Esto requiere analizar interna y externamente los procesos de negocios, el entorno comercial y la condición financiera de la organización. Una vez que se identifican los peligros, se puede identificar el impacto que estos tendrían en la organización y tomar medidas para reducir la probabilidad de que sucedan.
A continuación, se presentan algunas pautas para ayudar a identificar los riesgos más comunes en las empresas:
- Evaluar el entorno comercial para identificar desarrollos potencialmente disruptivos. Esto incluye la revisión de tendencias globales, así como los cambios regulatorios o tecnológicos.
- Evaluar las operaciones internas. Esto incluye desde el proceso de fabricación hasta la administración de la demanda.
- Evaluar la utilización de recursos. Esto incluye el seguimiento de los recursos clave e incluso la capacidad de la organización para mantener un nivel de producción adecuado.
es un elemento clave de la planificación y la gestión estratégicas. El objetivo final es tener una visión clara de los riesgos que enfrenta una empresa, de modo que pueda tomar las decisiones más pertinentes para minimizarlos y mantenerse competitiva a largo plazo.
6. Asesorar y tomar decisiones informadas
Con el propósito de tomar decisiones firmes y seguras, es necesario consultar con diferentes fuentes antes de hacer cualquier compromiso. Por ejemplo, si una empresa desea realizar una importante inversión, es fundamental que cuente con la narrativa de los analistas financieros, con los diversos planes presupuestarios y con el presupuesto de una consultoría externa si fuera necesario. Esto asegurará una toma de decisiones bien informada en todo momento.
Junto con la búsqueda de la información adecuada, también es crucial que se mantenga un diálogo abierto entre todos los miembros del equipo. Escuchar las diferentes opiniones será vital para llegar a un arreglo concreto. El asesorar de manera diligente asegurará que todas las voces sean escuchadas con respeto y que los argumentos sean cuidadosamente examinados para tomar una decisión que sea favorable para todos.
- Investigue todas las ramificaciones de la decisión antes de tomarla
- Enfrente y pregunte los objetivos del proyecto con el fin de evaluar el mejor curso de acción
- Fuente de información: las noticias y presentaciones de compañías, archivos de finanzas, documentos de economías nacionales y globales, entrevistas de especialistas en la materia
7. Monitorear los resultados obtenidos
Es de suma importancia que monitoreemos los resultados obtenidos de la implementación de los cambios que hayamos realizado para alcanzar nuestras metas. Esto se debe a que nos servirá para evaluar la eficacia de nuestro trabajo y facilitar la toma de decisiones futuras.
Tener los resultados perfectamente organizados nos permitirá contar con la información que necesitamos para identificar, cuáles son aquellos pasos que realizamos correctamente y los que no cumplieron con nuestras expectativas. Esto nos servirá para implementar mejoras en la realización de diversas áreas de nuestro trabajo.
Para lograr una correcta supervisión de los resultados, podemos:
- Realizar y canalizar encuestas: Esto nos permitirá recopilar datos objetivos acerca de la satisfacción del cliente, además nos aportará información valiosa acerca de ciertos intereses o necesidades que desconozcamos.
- Establecer indicadores de desempeño: Esto es esencial para evaluar y controlar los resultados de nuestro trabajo, sin necesidad de pasar demasiado tiempo realizando tareas manuales.
- Automatizar la parte operacional: Al hacer uso de técnicas de automatización seremos capaces de disminuir, no solo los tiempos de ejecución, sino también la posibilidad de errores humanos.
es un paso fundamental para garantizar el éxito de nuestras metas, por eso es necesario establecer un ciclo de evaluaciones continuas, a fin de detectar errores, mejorar nuestro desempeño y mantener los resultados favorables alcanzados. Ahora ya sabe más sobre cómo evaluar los riesgos para mejorar sus decisiones comerciales. Tomar riesgos adecuados es fundamental para lograr los mejores resultados de sus operaciones empresariales, por lo que aproveche al máximo esta información para encontrar la fórmula ideal de su gestión comercial. ¡No deje que los temores limiten su crecimiento!